Tuve la suerte de descubrir este lugar por Internet y decidí pasar unos días de mis vacaciones en Sicilia en este convento junto al mar.
El bed and breakfast es un lugar hermoso y está dirigido por las hermanas que son agradables y amables. Hay tanta paz, armonía y belleza en este lugar. Las habitaciones no son lujosas, pero son muy limpias y acogedoras, con una maravillosa vista de los acantilados de Cefalú.
Desde la terraza, las vistas panorámicas son realmente únicas: por un lado, la Rocca y la Catedral, por el otro, la playa, el acantilado y el mar. No creo que haya otro hotel en Cefalú con una vista igualmente hermosa. Espero que algún día vuelva.
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